3. Estrategias para abordar las diferencias culturales
La diversidad de la mano de obra se ha convertido en una realidad hoy en día. El impacto de la diversidad cultural varía según el tipo de entorno y la estrategia global de la empresa. A medida que un número cada vez mayor de empresas pasa de estrategias nacionales, multidomésticas y multinacionales a operar como una empresa verdaderamente global, la importancia y el impacto de la diversidad cultural aumentan notablemente. La diversidad de la mano de obra se refiere a la coexistencia de personas de distintos orígenes socioculturales dentro de la empresa. La diversidad incluye factores culturales como la raza, el género, la edad, el color, la capacidad física, la etnia, etc.
La diversidad incluye a todos los grupos de personas en todos los niveles de la empresa. La diversidad requiere un tipo de cultura organizativa en la que cada empleado pueda perseguir sus aspiraciones profesionales sin verse inhibido por el género, la raza, la nacionalidad, la religión u otros factores irrelevantes para el rendimiento. Gestionar la diversidad significa permitir que los diversos trabajadores desarrollen todo su potencial en un entorno laboral equitativo en el que ningún grupo tenga ventaja o desventaja.
Las empresas dinámicas buscan personas que sean culturalmente diferentes o que tengan una formación profesional distinta porque la fuerza de trabajo diversa puede aportar talentos, intereses y puntos de vista diferentes. Las organizaciones que no adoptan la diversidad de forma efectiva y no adoptan un enfoque holístico para eliminar la discriminación y la injusticia afectarán negativamente tanto a los empleados como a los clientes.
Las organizaciones deben concentrarse en estrategias holísticas que aborden cuestiones más amplias de recursos humanos y valoren a los empleados diversos. Una vez que se reconocen las diferencias culturales, se pueden tomar medidas para ser proactivos en la gestión de su impacto. Para crear un lugar de trabajo culturalmente afirmativo en el que personas de diferentes orígenes puedan trabajar juntas con éxito:
Conozca a sus empleados
Manteniendo unos límites respetuosos, conozca las experiencias únicas que cada uno de sus empleados aporta al lugar de trabajo. Entender el origen de cada uno de los miembros de tu equipo te permite investigar sus normas culturales y prepararte para adaptarte a ellas..
Acoger la formación sobre la diversidad
Exigir a los empleados que asistan a la formación sobre diversidad puede crear un entorno más comprensivo y dotar a los empleados de las estrategias que necesitan para trabajar con personas que tienen normas culturales diferentes.
Reconocer los días festivos y las celebraciones
Evite dar por sentado que todos los empleados celebran las mismas fiestas religiosas y nacionales. Celebre las fiestas culturales de forma equitativa para que su equipo sepa que respeta sus creencias por igual.
No asuma nada
Una sonrisa y un apretón de manos no son necesariamente un acuerdo, un «sí» puede significar un «no», no sonreír puede no significar antipatía y el silencio puede no significar desacuerdo. Pregunte y esté dispuesto a ser flexible. Es mucho más fácil cambiar tu propio comportamiento que influir en el de otra persona.
Desarrolle su capacidad de empatía
Demuestra a la gente que te esfuerzas por ver y sentir las cosas como ellos. Piensa en ti mismo como un «traductor» de tu propia cultura y protocolos. Hacer un pequeño cambio, como saludar a la gente en su propio idioma o mostrar conocimiento de su cultura y sus costumbres, será visto positivamente.
Proporcionar una retroalimentación continua
Los empleados deben recibir formación sobre cómo dar y recibir feedback de forma continua sobre los comportamientos indeseables claramente identificados que la empresa quiere cambiar y los comportamientos deseables que la empresa quiere fomentar. La identificación de los comportamientos deseables e indeseables debe basarse en discusiones sobre el rendimiento en las que participen diversos trabajadores.