3. Formas de adaptabilidad
Como vemos, la adaptabilidad también es una competencia. Se trata de una habilidad blanda, que implica ser capaz de aprender rápidamente nuevas habilidades y comportamientos en respuesta a circunstancias cambiantes. Los empleadores suelen buscar la adaptabilidad cuando contratan nuevo personal y la habilidad se incluye a menudo en las descripciones de los puestos de trabajo debido a su importancia para el crecimiento dentro de una función.
La adaptabilidad es especialmente importante para los líderes. A medida que los líderes pasan de la supervisión a los mandos intermedios y, finalmente, a los puestos más altos, deben adaptar su estilo.
Las funciones de liderazgo aumentan su complejidad a medida que se asciende en una organización, lo que requiere habilidades de influencia y persuasión más sutiles. Además, a medida que los líderes ascienden en una organización, tienen que aprender a dar poderes, delegar, formar alianzas estratégicas y dejar de lado algunas de las habilidades que les permitieron desempeñarse eficazmente en puestos de liderazgo anteriores.
La adaptación en el trabajo requiere modificar nuestros patrones de comportamiento con inteligencia, astucia y control para ajustarnos a los cambios internos o externos de nuestro entorno y fluir en las situaciones más difíciles.