CASO LOCAL/EJEMPLO
Caso 1. El precio del conocimiento y la información que faltan
Pedro es un joven pero experimentado programador que aceptó un puesto de coordinador de proyectos en una empresa de informática. Pedro sustituía al anterior jefe de proyecto encargado de un importante proyecto de la empresa. Estaba entusiasmado por empezar a trabajar en esta reputada empresa, y en un proyecto muy interesante y desafiante. Iba a coordinar un equipo de programadores, pero había algunos retos: el proyecto ya había comenzado, había algunos errores difíciles de resolver, había algunos miembros nuevos en el equipo.
Al comenzar su trabajo, Pedro se enfrentó a su principal obstáculo. No había información sobre el trabajo realizado hasta el momento y los miembros del equipo no conocían el trabajo realizado por los que ya estaban fuera del equipo y de la empresa. Aunque abrumado, era el momento de hacer su trabajo y evitar los errores del pasado.
Pedro pasó semanas tratando de entender el trabajo realizado, discutiendo el proyecto con sus compañeros de equipo, tratando de averiguar cómo se desarrollaban las piezas del programa, rehaciendo pasos del trabajo ya realizado, trabajando en soluciones para los errores del programa, etc.
Sin embargo, Pedro tenía claro que no había espacio para repetir los errores del pasado poniendo en peligro el producto y la reputación de la empresa. La falta de información y conocimientos compartidos no podía formar parte de su equipo de trabajo.
Para solucionar el problema, Pedro creó un diario en línea en el que cada paso del programa quedaba documentado y era accesible para todo el equipo. Los procedimientos, los errores, las soluciones aplicadas, etc. quedaban registrados en este diario. De este modo, no sólo todos los que trabajaban en el proyecto tenían acceso al trabajo, a la información y a los conocimientos producidos por todos los miembros del equipo, sino que, además, esta solución se convertía en una herramienta de colaboración en la que todos podían apoyarse mutuamente y, sobre todo, cualquier persona que empezara a trabajar en el programa encontraría toda la información necesaria para completar el trabajo. La herramienta, con todas sus mejores y peores prácticas, apoyaría no sólo el desarrollo del proyecto actual, sino que también estaría disponible para apoyar futuros proyectos, aportando ideas, información y conocimientos que podrían ser adecuados para nuevos proyectos.
Si la creación de un mecanismo para compartir ideas, información y conocimientos en todo el equipo del proyecto era una buena práctica para la empresa, la inexistencia previa de cualquier tipo de práctica de intercambio costó un tiempo valioso a la empresa y casi puso en riesgo un proyecto importante.